El inicio oficial del proceso electoral federal se da en un contexto marcado por la preocupación ciudadana ante la persistente inseguridad que aqueja al país. Informes recientes señalan la alarmante cifra de 35 candidatos a diversos cargos políticos asesinados en los primeros dos meses del año, con episodios como el ocurrido el pasado lunes en Maravatio, Michoacán, donde candidatos a la alcaldía fueron víctimas de la violencia. Además de estos homicidios, se registran secuestros, desapariciones y otros actos delictivos en al menos 14 entidades del país, en su mayoría atribuidos a grupos del narcotráfico.
El Instituto Nacional Electoral (INE), en colaboración con los Organismos Públicos Locales (OPLES), se encarga de organizar las elecciones para la Presidencia de la República, gubernaturas, congresos locales, ayuntamientos y otras instancias en la Ciudad de México. En total, más de 20 mil cargos de elección popular estarán en juego, destacando las elecciones estatales en Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
En este escenario adverso, han dado inicio las campañas presidenciales, siendo Xóchitl Galvez Ruiz la primera en lanzarse a la contienda, enfocándose en una estrategia de seguridad para combatir el miedo que aqueja a los ciudadanos. Claudia Sheinbaum Pardo y Jorge Álvarez Máynez también han presentado sus propuestas en busca de convencer a la ciudadanía en medio de un ambiente político tenso y marcado por la incertidumbre.
Con apenas tres meses para las elecciones, se espera un periodo complicado, con ataques y guerra sucia entre los distintos frentes políticos, lo que incluye la filtración de datos personales de los candidatos. La sociedad mexicana tendrá la difícil tarea de tomar una decisión informada en las urnas, basándose en las propuestas presentadas por los aspirantes presidenciales.