CIUDAD DE MÉXICO.- Hablar de nutrición en la actualidad es hablar de salud y bienestar integral. Los alimentos que elegimos influyen en todos los aspectos de nuestra vida, incluidos emociones y pensamientos.
La famosa frase “somos lo que comemos” contiene más verdad de lo que podríamos suponer. Los hábitos alimenticios que seguimos impactan nuestra forma de pensar, considerando que nuestro cuerpo se compone de las sustancias que consumimos y cada nutriente juega un papel importante en el funcionamiento de órganos, células y sistemas, incluido el cerebro.
“Desde la perspectiva de bienestar integral de Tecmilenio, la nutrición es pilar en la construcción de una vida sana en todos los sentidos. La alimentación, junto con el descanso y el ejercicio, nos ayudan a lograr un sentimiento de satisfacción y tranquilidad, no sólo en el aspecto físico, sino mental.”, comenta Kikue Cruz Maturano, directora asociada de la Escuela de Bienestar y Salud de Tecmilenio.
En este sentido, añade Kikue que, dentro de las siete dimensiones del bienestar, donde se encuentra el físico, están también los ámbitos de la salud mental, el social o relacional, el ocupacional, el financiero, el intelectual y el espiritual, que nos permiten llegar a la sensación de plenitud y felicidad. Y consolidar hábitos en un aspecto, impulsa a los otros, lo que nos hace sentir equilibrio, energía y motivación.
Hablando del efecto que tienen los alimentos en nuestro organismo y emociones, consideremos que una dieta rica en grasas saturadas y azúcares puede llegar a causar alteraciones en los niveles de azúcar en la sangre, lo que conduce a cambios drásticos en el estado de ánimo y energía. Y, por el contrario, una dieta equilibrada, rica en vitaminas, minerales y antioxidantes, ayuda a promover una mejor función cerebral y emocional.
“La forma en que consumimos los alimentos también influye en cómo nos sentimos y pensamos. Comer apresuradamente o distraídos puede llevar a una digestión deficiente y una menor absorción de nutrientes. Debido a esto, es importante hacer de las comidas un momento para disfrutar, comer lentamente y prestar atención a los alimentos puede mejorar la digestión y permitirnos experimentar una mayor satisfacción con la comida”, comenta la directora.
Como señala Kikue Cruz, una dieta equilibrada y nutritiva no solo promueve la salud física, sino también tiene un impacto significativo en el cerebro, puesto que este necesita nutrientes esenciales para funcionar correctamente y su consumo puede mejorar la concentración, el enfoque y la memoria. Además, algunas sustancias específicas, como los ácidos grasos omega-3, se han asociado con la reducción del riesgo de depresión y ansiedad.
Además, una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras puede proporcionar los nutrientes necesarios para mantener un equilibrio emocional y reducir el estrés. Un ejemplo claro son los alimentos ricos en triptófano, como los lácteos, nueces, huevos y el pavo, que pueden ayudar a producir serotonina, un neurotransmisor asociado con la sensación de bienestar y felicidad.
Como comenta Kikue la alimentación no solo afecta la salud física, sino también desempeña un papel fundamental en nuestra salud mental y emocional. En este sentido, Universidad Tecmilenio ha puesto énfasis en diseñar los programas de estudio para la Licenciatura en Nutrición con una visión integral, en la que se consideran todos los aspectos que influyen en nuestra manera de comer y ofrecer opciones para explorar la conexión profunda entre la alimentación y una vida plena y feliz.
CIUDAD DE MÉXICO.- Hablar de nutrición en la actualidad es hablar de salud y bienestar integral. Los alimentos que elegimos influyen en todos los aspectos de nuestra vida, incluidos emociones y pensamientos.
La famosa frase “somos lo que comemos” contiene más verdad de lo que podríamos suponer. Los hábitos alimenticios que seguimos impactan nuestra forma de pensar, considerando que nuestro cuerpo se compone de las sustancias que consumimos y cada nutriente juega un papel importante en el funcionamiento de órganos, células y sistemas, incluido el cerebro.
“Desde la perspectiva de bienestar integral de Tecmilenio, la nutrición es pilar en la construcción de una vida sana en todos los sentidos. La alimentación, junto con el descanso y el ejercicio, nos ayudan a lograr un sentimiento de satisfacción y tranquilidad, no sólo en el aspecto físico, sino mental.”, comenta Kikue Cruz Maturano, directora asociada de la Escuela de Bienestar y Salud de Tecmilenio.
En este sentido, añade Kikue que, dentro de las siete dimensiones del bienestar, donde se encuentra el físico, están también los ámbitos de la salud mental, el social o relacional, el ocupacional, el financiero, el intelectual y el espiritual, que nos permiten llegar a la sensación de plenitud y felicidad. Y consolidar hábitos en un aspecto, impulsa a los otros, lo que nos hace sentir equilibrio, energía y motivación.
Hablando del efecto que tienen los alimentos en nuestro organismo y emociones, consideremos que una dieta rica en grasas saturadas y azúcares puede llegar a causar alteraciones en los niveles de azúcar en la sangre, lo que conduce a cambios drásticos en el estado de ánimo y energía. Y, por el contrario, una dieta equilibrada, rica en vitaminas, minerales y antioxidantes, ayuda a promover una mejor función cerebral y emocional.
“La forma en que consumimos los alimentos también influye en cómo nos sentimos y pensamos. Comer apresuradamente o distraídos puede llevar a una digestión deficiente y una menor absorción de nutrientes. Debido a esto, es importante hacer de las comidas un momento para disfrutar, comer lentamente y prestar atención a los alimentos puede mejorar la digestión y permitirnos experimentar una mayor satisfacción con la comida”, comenta la directora.
Como señala Kikue Cruz, una dieta equilibrada y nutritiva no solo promueve la salud física, sino también tiene un impacto significativo en el cerebro, puesto que este necesita nutrientes esenciales para funcionar correctamente y su consumo puede mejorar la concentración, el enfoque y la memoria. Además, algunas sustancias específicas, como los ácidos grasos omega-3, se han asociado con la reducción del riesgo de depresión y ansiedad.
Además, una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras puede proporcionar los nutrientes necesarios para mantener un equilibrio emocional y reducir el estrés. Un ejemplo claro son los alimentos ricos en triptófano, como los lácteos, nueces, huevos y el pavo, que pueden ayudar a producir serotonina, un neurotransmisor asociado con la sensación de bienestar y felicidad.
Como comenta Kikue la alimentación no solo afecta la salud física, sino también desempeña un papel fundamental en nuestra salud mental y emocional. En este sentido, Universidad Tecmilenio ha puesto énfasis en diseñar los programas de estudio para la Licenciatura en Nutrición con una visión integral, en la que se consideran todos los aspectos que influyen en nuestra manera de comer y ofrecer opciones para explorar la conexión profunda entre la alimentación y una vida plena y feliz.