En un giro inesperado dentro de la política mexicana, varios expresidentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han impugnado la convocatoria para la renovación de la dirigencia nacional del partido y presentaron ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) una nueva impugnación en contra del partido.
Esta acción ha generado un intenso debate interno y ha puesto en evidencia las divisiones y tensiones existentes dentro del PRI.
Los expresidentes del PRI han presentado una impugnación formal argumentando que la convocatoria para la renovación de la dirigencia no cumple con los estatutos del partido y carece de transparencia. Entre los principales puntos de controversia se encuentra la falta de un proceso abierto y democrático para elegir a los nuevos líderes del partido. Según los impugnadores, la convocatoria favorece a ciertos candidatos y no garantiza una competencia justa y equitativa.
Entre los expresidentes que han impugnado la convocatoria se encuentran figuras prominentes del PRI, como Manlio Fabio Beltrones, Dulce María Sauri y Enrique Ochoa Reza. Estos líderes argumentan que es esencial asegurar un proceso transparente y democrático para la elección de la nueva dirigencia, ya que el futuro del partido depende de ello.
La impugnación de la convocatoria podría tener varias consecuencias para el PRI. Si la impugnación prospera, es posible que se anule la convocatoria actual y se organice un nuevo proceso electoral interno. Esto podría retrasar la renovación de la dirigencia y generar más incertidumbre dentro del partido. Por otro lado, si la impugnación es rechazada, es probable que las tensiones internas continúen y que la legitimidad de la nueva dirigencia sea cuestionada por un sector del partido.
Por Luis Martínez Alcántara.