El Banco de México (Banxico) decidió mantener su tasa de interés de referencia en 11%, en una decisión respaldada por la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno, con la única excepción del subgobernador Omar Mejía Castelazo, quien votó por recortar la tasa a 10.75%.
Esta decisión se basó en el repunte de la inflación general anual, que aumentó de 4.65% a 4.78% entre abril y la primera quincena de junio, debido a un incremento en la inflación no subyacente.
El banco central ajustó ligeramente sus pronósticos de inflación general y subyacente para algunos trimestres, esperando que la inflación general converja a la meta de 3% para el cuarto trimestre de 2025. Sin embargo, estas previsiones están sujetas a riesgos como la persistencia de la inflación subyacente, una mayor depreciación cambiaria, y conflictos geopolíticos.
La Junta de Gobierno también tomó en cuenta el comportamiento de otros bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos, que mantuvo sin cambio su tasa clave, y la volatilidad en los mercados financieros nacionales tras las elecciones pasadas. A pesar de esta volatilidad, los mercados nacionales han mostrado una mejora reciente.
La decisión de mantener la tasa de interés también se vio influenciada por la necesidad de controlar la inflación subyacente, que excluye precios volátiles y ha seguido disminuyendo, pasando de 4.37% a 4.17% en el periodo reciente. Banxico continúa monitoreando los choques globales y la actividad económica más débil de lo previsto, factores que también influirán en futuras decisiones sobre la política monetaria.
Banxico mantiene su postura monetaria restrictiva para controlar la inflación, mientras ajusta sus previsiones y considera factores externos e internos que podrían afectar la economía y la estabilidad de los mercados financieros.
Por Luis Martínez Alcántara.