La Ciudad de México se ha convertido en el distrito de negocios de Latinoamérica, atendiendo a las empresas internacionales que están llegando por el Nearshoring, con lo cual se observa un incremento en el regreso a los espacios de oficina, aseguró Ignacio Arellano, director del sector oficinas de Newmark México.
Comparó que si bien el mercado inmobiliario corporativo está sobre ofertado, éste continúa en recuperación, pues se ha visualizado un incremento en el regreso a las oficinas, y el volumen de nuevas transacciones y renovaciones ha sido mayor en los últimos trimestres que durante los años de pandemia por el Covid 19.
Señaló que la mayoría de las empresas están implementando modelos para que sus empleados asistan a la oficina por lo menos tres días a la semana, e inclusive, muchas están optando por regresar al 100%, aunado al hecho que en diciembre del 2023 entró en vigor la NOM-037 y muchas organizaciones no quieren incurrir en penalidades y prefieren tener a sus empleados trabajando en la oficina.
“En el primer trimestre del año, el inventario de oficinas clase A y A+ superó los 8 millones de metros cuadrados, lo que representó un incremento del 1.2% en comparación con el cierre del año 2023, mientras que la absorción bruta de mercado registró 136 mil 812m², 49% superior al cierre del trimestre anterior”, precisó.
Destacó que la Ciudad México y su área metropolitana cuentan con los mismos edificios con certificación LEED que en la ciudad de Chicago y se ha convertido en el distrito de negocios de Latinoamérica, “donde muchas empresas han decidido poner sus corporativos por el nivel de edificios que tiene y por el talento bilingüe, que apoya las operaciones de Estados Unidos y cualquier parte del mundo”, indicó.
Añadió que se ha observado el “fly to quality” como una prioridad para las empresas y consideran exclusivamente edificios Clases A+/A como sus nuevas opciones, ya que la tendencia en el diseño del espacio de oficina no ha cambiado drásticamente a como ya se veía en los últimos años antes de la pandemia.
Un reto importante, dijo, fue tratar de escuchar más a los empleados sobre qué nuevas posibles áreas requerirían en la “nueva oficina” y sentirse seguros al momento de regresar al espacio de trabajo.
“Aunque las nuevas generaciones prefieren un modelo en donde trabajen algunos días de la semana desde sus casas, las compañías han optado por invertir recursos en un buen espacio de trabajo y esto mismo hace que los colaboradores decidan asistir a la oficina por decisión propia”, afirmó.
En cuanto a la reconversión de edificios de oficinas a viviendas, Ignacio Arellano apuntó que este modelo de negocio se dio en edificios clase B o C, sin embargo, los desarrolladores de inmuebles clase A o A+ decidieron esperar un poco más, ya que el costo de una reconversión es bastante alto.
“Lo vimos mucho durante la pandemia, arrendadores de edificios de vieja generación, clases B o C decidieron reconvertirlos a espacios de vivienda y hemos visto la expansión de los colivings en la Ciudad de México, en áreas muy bien ubicadas como Reforma, Condesa o Polanco”.
“Ha llamado la atención este nuevo modelo de negocio, sin embargo, para un edificio de nueva generación clase A o clase A+ no conviene reconvertirlo a vivienda, ya que como fue construido para ser un espacio de oficina con altas eficiencias, plantas grandes, con espacio entre columnas. Reconvertirlo resulta sumamente caro”, precisó Ignacio Arellano, el director para el sector oficinas de Newmark.
Nota de Abel López Jiménez.